Se tiene constancia de que el cocinero francés Antonin Carême, conocido como el “rey de los chefs y el chef de los reyes”, ha sido quien las incorporó en las cocinas nobles entre mediados del siglo XVIII e inicios del XIX tras haberlas servido en uno de sus banquetes bajo el nombre de croquettes à la royale, en Predulsa nos encanta transmitir la historia de este manjar delicioso.
Una de las curiosidades es su origen etimológico, debido a que procede del vocablo francesa croquer, que significa crujir y de su diminutivo, “croquette”.
Este plato nace en un periodo de hambruna en la que la harina era exuberante. Por lo general se hacían para poder aprovechar los sobrantes.
¿Qué es una croqueta? Hablamos de un alimento usado como tapas y aperitivos en varios bares y restaurantes.
Las croquetas son una cantidad de masa que puede tener diversas maneras, aun cuando comúnmente frecuenta ser ovalada o redonda. Su contenido frecuenta constar de elementos involucrados con la carne, el pescado, los vegetales e inclusive frutas o dulces.

Se cree que la croqueta es un producto español, realmente su origen es francés. Las croquetas resultan muy célebres en Europa.
La croqueta no alcanzó península hasta finales del siglo XIX. Este aperitivo nació en Francia, donde un aristócrata denominado Louis de Bechamel, que era el delegado de la cocina del monarca Luis XIV.
Se cuenta que él o alguno de sus asistentes, diseñó la bechamel. Esta salsa, en verdad ha sido resultado del perfeccionamiento de una salsa más vieja a base de crema, por François Pierre de la Varenne cocinero del marqués de Uxelles, a la que se la dedicó, como lo hacían constantemente los cocineros para la nobleza del tiempo.
Sin embargo, no ha sido hasta 1817, una vez que el cocinero Antoine Cámere, le fue útil en una cena para el archiduque de Rusia unas croquettes a la royale. Parece que este chef tuvo la brillante iniciativa de cubrir la bechamel de una capa crujiente.
Parece ser que más gente se otorgó el mérito de generar la base de unas buenas croquetas caseras. Existe una teoría italiana, que plantea que la croqueta ha sido originada por los cocineros florentinos de Catalina de Medici que la han acompañado a su boda en Marsella con Enrique II de Orleans en 1533.
Se atribuyen ser los inventores de la bechamel debido a que esta reina comenzó una revolución gastronómica en el territorio galo.
La croqueta francesa original (croquette) era muchísimo más rígida que la que conocemos en la actualidad. Se frecuenta mencionar que “cada maestrillo tiene su librillo”, puesto que cada territorio ha ido adaptando la receta a sus prácticas, y es común descubrir por Europa las croquettes sin embargo que acostumbran ser de patata machacada y rebozada, sin bechamel y sin nada más.
En muchos hogares se siguen haciendo croquetas y se acostumbra aprovechar todas las sobras de otros alimentos, para añadirlos a uno de los entrantes más deliciosos que podemos disfrutar en muchísimas fiestas, almuerzos o más.